El búho y el ratón. Érase una vez un búho que vivía en lo más alto de un frondoso árbol. Desde allí, observaba todo lo que pasaba en el bosque de día y de noche. Era conocido por ser muy sabio, pero también por ser un poco solitario.
Un día, el búho decidió bajar al suelo para estirar las alas y tomar un poco de aire fresco. Pero, en su camino, se encontró con un pequeño ratón que estaba en apuros: había caído al agua y no sabía cómo salir.
El búho no podía volar sobre el agua, pero no dudó en ayudar al pequeño ratón. Usando una rama, el búho empujó al ratón hacia la orilla y lo salvó de ahogarse. Desde ese momento, el ratón quedó muy agradecido y quiso ser amigo del búho.
El búho, acostumbrado a vivir solo, no estaba muy seguro de tener un amigo. Pero el pequeño ratón era muy simpático y pronto los dos comenzaron a hacer todo juntos.
Un día, mientras caminaban por el bosque, se encontraron con un grupo de animales que parecían estar discutiendo. El búho y el ratón se acercaron a ver qué sucedía y descubrieron que se trataba de una pelea porque todos querían el mismo lugar para vivir.
El búho, que siempre había sido un poco egoísta, no le importaba demasiado la situación de los demás. Pero el ratón, en cambio, se mostró muy preocupado por todos los animales que no tenían hogar.
Desde ese día, el ratón comenzó a tomar acciones para ayudar a los animales del bosque. Junto con el búho, comenzaron a construir pequeños refugios para los animales sin hogar. Los dos amigos se dieron cuenta de que no podían quedarse de brazos cruzados y dejar que los demás animales estuvieran sufriendo.
El búho y el ratón trabajaron juntos todos los días, hasta que finalmente, todos los animales del bosque tenían un lugar donde vivir. La pelea se había detenido y todos los animales estaban felices.
El búho no podía creer que su nuevo amigo había hecho tanto por los demás animales del bosque. Desde ese día, comenzó a ver las cosas de una manera diferente y se dio cuenta de que no siempre podía pensar en sí mismo.
El ratón le enseñó al búho que es importante ser empático y tratar a los demás de la misma manera que nos gustaría que nos traten. Los dos amigos se sentían muy felices de haber ayudado a los demás animales del bosque y de haber aprendido una gran lección.
Desde ese momento, el búho y el ratón se convirtieron en los mejores amigos. El búho se había dado cuenta de lo importante que es tener un amigo y de lo mucho que se puede aprender de los demás. Ahora, los dos amigos pasaban sus días juntos ayudando a los animales del bosque y disfrutando de su amistad.
Y así, el bosque se convirtió en un lugar más feliz gracias a la empatía y solidaridad del ratón y la sabiduría del búho. Desde entonces, siempre se recuerda la historia del búho y el ratón como un ejemplo de cómo la empatía y el trabajo en equipo pueden hacer una gran diferencia en el mundo.