El valor de la inclusión. Érase una vez en un pequeño pueblo rodeado de campos de cultivo y montañas, vivía un grupo de niños y niñas de diferentes edades, razas y culturas. Ellos se llevaban muy bien y disfrutaban de jugar y explorar juntos todo el tiempo. Pero de vez en cuando, algunos niños hacían comentarios incómodos sobre las diferencias de los demás y era importante que aprendieran a valorar la diversidad y la inclusión.
Una tarde, mientras los niños y niñas jugaban al fútbol, un nuevo niño llamado Mohamed llegó al pueblo. Mohamed era un niño de piel oscura y ojos profundos que iba a la misma escuela que los demás niños del pueblo. Todos los demás niños fueron a saludarlo, pero algunos niños comenzaron a hacer comentarios desagradables sobre la apariencia de Mohamed.
– Mira, tiene la piel oscura, nunca había visto a alguien así antes – dijo uno de los niños.
– No lo mires, es feo – añadió otro niño mientras intentaba apartar a Mohamed del grupo de amigos.
Los niños y niñas del pueblo se dieron cuenta de que algunos de ellos expresaban sentimientos de superioridad y discriminación hacia Mohamed y esto era una actitud que no permitirían. Querían aprender a ser más comprensivos y respetuosos con los demás, independientemente de sus diferencias. Así que comenzaron a buscar formas de ayudar a Mohamed a sentirse seguro y aceptado en su nueva escuela.
La niña más inteligente y enérgica del pueblo, Isabel, decidió pedirle a Mohamed que uniera su equipo de fútbol. Ella se acercó a él y le preguntó si quería jugar con ellos, y Mohamed aceptó con una amplia sonrisa. Los niños y niñas del pueblo se dieron cuenta de que cada uno de ellos era especial e importante y que realmente disfrutaban al jugar con alguien nuevo.
Los días pasaron, y los niños y niñas del pueblo trabajaron juntos para ayudar a Mohamed a sentirse aceptado y ser parte del grupo. Juntos, jugaron, compartieron historias e incluso descubrieron que tenían muchas cosas en común, más de lo que imaginaban inicialmente. Un día, mientras jugaban juntos, una tormenta repentina los sorprendió. Los niños y niñas se refugiaron en una cueva cercana y comenzaron a hablar.
– Mohamed, ¿qué te hizo venir a nuestro pueblo? – preguntó Isabel.
– Mi familia se mudó desde Marruecos, mi país de origen, y esperamos vivir aquí por mucho tiempo – respondió Mohamed.
– ¡Wow! Marruecos debe ser un lugar increíble – dijo Isabel.
– Sí, es hermoso y mi familia tiene muchos animales, me encanta cuidar de ellos – dijo Mohamed.
– Yo también amo a los animales, tengo un perro y un gato – dijo Isabel.
– Mi madre es italiana, así que me encanta cocinar comida italiana – dijo otro niño.
– A mí me encanta bailar salsa, mi padre es cubano – dijo otro niño.
Los niños y niñas comenzaron a compartir sus pasatiempos y las distintas culturas e idiomas que conocían. Los niños y niñas aprendieron mucho de cada uno y se dieron cuenta de que, aunque tenían diferencias de apariencia, cultural, e idioma, tenían muchas cosas en común.
– Era genial conocer sus historias, chicos y chicas. Todos en este pueblo son diferentes, pero eso hace que este lugar sea especial – dijo Isabel.
– Sí, pero somos iguales en muchos otros aspectos, y eso es lo que importa – agregó Mohamed.
Los niños regresaron al pueblo, una comunidad más unida y abierta. Comprendieron que la inclusión es importante, que todos tienen un valor y una historia que contar, y que podemos lograr mucho más trabajando juntos. A partir de ese día, los niños y niñas trabajaron juntos para promover la inclusión y el respeto por la diversidad en el pueblo. Mirando hacia el futuro, sabían que el poder de la inclusión y el respeto por la diversidad podía unirlos como comunidad.
Así que, niños y niñas, recuerden que cada persona tiene un valor único y que debemos respetar y aceptarnos mutuamente, independientemente de nuestras diferencias. Recuerden que el valor de la inclusión es fundamental para crear una comunidad más fuerte y unida. Y siempre traten de encontrarse con alguien nuevo, comparten sus historias y aprenden mutuamente cosas nuevas. Al final, todos hacia un mismo lado lo conseguiremos, recordar siempre el valor de la inclusión.