El ratón y el elefante amigo. Érase una vez, en una selva frondosa y colorida, había un pequeño ratón que vivía en una pequeña madriguera junto al río. Un día, el ratón decidió que quería hacer amigos y salir a explorar el mundo.
Mientras jugaba en la orilla del río, el ratón escuchó un ruido muy extraño y se asustó mucho. Se escondió detrás de unas piedras y vio cómo un elefante enorme y fuerte se acercaba a la orilla.
El ratón estaba muy asustado, pero en lugar de huir, decidió mantener la calma y esperar a que el elefante se acercara. El elefante se detuvo cuando vio al ratón y lo miró con curiosidad.
Después de un momento, el ratón decidió hablar con el elefante: «Hola, mi nombre es Mouse. ¿Y tú?»
El elefante respondió: «Hola, yo soy Elephant. Es un placer. ¿Qué estás haciendo aquí todo solo?»
El ratón explicó que estaba buscando amigos y aventuras, pero que estaba demasiado asustado para explorar la selva solo. El elefante parecía muy amable y el ratón decidió confiar en él.
Elephant y Mouse se convirtieron en amigos y comenzaron a explorar la selva juntos. El elefante era grande y fuerte, lo que hacía que el ratón se sintiera protegido y seguro. Mientras caminaban, Mouse le contaba a Elephant sobre su vida en la madriguera y le preguntaba sobre su vida en la selva.
Un día, mientras se adentraban en la selva, se toparon con una cueva oscura y misteriosa. Mouse estaba muy asustado y no quería entrar, pero Elephant lo animó y le dijo que lo protegería.
Juntos, se adentraron en la cueva oscura y descubrieron que estaba llena de murciélagos y arañas. Mouse estaba aterrorizado y quería salir, pero Elephant lo abrazó con su trompa y lo calmó.
De repente, uno de los murciélagos se acercó a Mouse y intentó atacarlo. Pero Elephant se interpuso entre el ratón y el murciélago y lo golpeó con su trompa, ahuyentándolo.
Mouse estaba muy agradecido y se dio cuenta de que, a pesar de ser tan pequeño en comparación con Elephant, su amigo siempre estaría allí para protegerlo. Y Elephant se dio cuenta de que, aunque era poderoso y fuerte, su amigo Mouse lo necesitaba para protegerlo.
A medida que continuaban sus aventuras, Elephant y Mouse aprendieron mucho el uno del otro y se convirtieron en los mejores amigos. Aprendieron que la empatía y la amistad no tienen límites de tamaño ni de fuerza.
Mouse se sentía muy afortunado de tener un amigo tan grande y fuerte como Elephant para protegerlo, pero también sabía que él tenía mucho que ofrecer en su amistad. Sabía que Elephant necesitaba que alguien lo cuidara y lo apoyara también.
Así que, cuando Elephant se puso triste por un problema, Mouse fue el primero en estar a su lado, ofreciéndole una oreja amiga y escuchando todas sus preocupaciones. Y cuando Mouse necesitaba ayuda para alcanzar algo, Elephant estaba más que dispuesto a ayudar a su amigo a subir a su lomo.
En el final feliz de esta historia, Elephant y Mouse enseñaron a todos los animales de la selva, grandes y pequeños, la importancia de la empatía y la amistad verdadera. Y juntos, Elephant y Mouse se convirtieron en los héroes de la selva.
Así que, queridos niños y niñas, recuerden que no importa el tamaño o la fuerza que tengas, lo que importa es la amistad que puedas ofrecer a los demás. Seamos amables y empáticos siempre, ya que es la clave para hacer amigos y mejorar el mundo en el que vivimos.