El Príncipe en el Reino de la Luna. Érase una vez en el Reino de la Luna, había un príncipe que siempre estaba triste. Había perdido a sus padres y no tenía amigos con quien jugar en su gran castillo.
Un día, el Príncipe decidió ir en busca de una amiga. Se puso su mejor traje y salió a cabalgar por los campos y bosques del reino. Después de andar un rato, llegó a una pequeña aldea donde conoció a una niña llamada Luna.
Luna era una niña muy divertida y amable, ella siempre estaba dispuesta a ayudar a los demás. El príncipe estaba encantado con ella y la invitó a vivir en su castillo.
Luna estaba emocionada con la idea de vivir en un castillo y aceptó la invitación. Pero pronto se dio cuenta de que el Príncipe era muy triste y solitario. Ella quería ayudarlo a ser feliz de nuevo.
Entonces, Luna decidió compartir su secreto con el Príncipe: «¿Has oído hablar del jardín secreto de la Luna? Es el lugar más maravilloso del mundo. Hay flores que cambian de color según nuestro estado de ánimo, hay pájaros que cantan la canción que necesitamos escuchar y hay un árbol de la amistad donde puedes encontrar amigos verdaderos».
El Príncipe estaba sorprendido con lo que Luna le estaba contando y preguntó: «¿Dónde se encuentra este jardín secreto de la Luna?»
Luna le respondió: «Solo se puede llegar allí en sueños, y tienes que saber cómo hacerlo. Mira, yo tengo un amuleto mágico que me ayuda a llegar allí. Me lo dio mi abuela antes de morir, y ahora te lo regalo para que puedas encontrar la felicidad».
El Príncipe estaba emocionado de recibir el amuleto mágico y agradecido de tener un amigo como Luna. Pronto, el Príncipe se fue a dormir y se concentró en llegar al Jardín Secreto de la Luna en su sueño.
Cuando se despertó, se encontró en un hermoso jardín lleno de flores de todos los colores. Había un árbol enorme en el centro con una gran puerta hecha de ramas y hojas.
El Príncipe intentó abrir la puerta, pero no había forma de hacerlo. Fue entonces cuando recordó las palabras de Luna: «Pide ayuda al árbol de la amistad».
El Príncipe se acercó al árbol de la amistad y le contó su problema. Entonces, el árbol le habló: «Para abrir la puerta, debes encontrar la llave. La llave es la felicidad que tienes dentro de ti. Si eres feliz, la puerta se abrirá».
El Príncipe entendió lo que el árbol quería decir, así que comenzó a buscar la felicidad dentro de sí mismo. Se acordó de sus padres y de todos los buenos momentos que pasó con ellos, se acordó de luna y de todas las risas que compartieron juntos, y entonces empezó a sentirse más feliz.
De repente, una llave apareció en su mano y la puerta se abrió. Dentro del jardín, encontró a sus padres y a muchos amigos que había perdido. Todos estaban allí para ayudarlo a ser feliz de nuevo.
El Príncipe se dio cuenta de que siempre había tenido la felicidad dentro de sí mismo, pero no la había visto. Ahora, con la ayuda de sus amigos, sabía que siempre podía encontrar la felicidad y la amistad en su corazón.
Finalmente, el Príncipe se despidió del jardín secreto de la Luna y regresó al mundo real. Se dio cuenta de que su amistad con Luna era verdadera y duradera. Y aunque nunca volvió a encontrar el jardín secreto de la Luna, sabía que siempre podía encontrar la felicidad en su corazón y la amistad con sus amigos.