El León en Problemas. Érase una vez en la sabana africana, un majestuoso león llamado Simba, quien era el rey de todos los animales. Simba era un león muy feliz y se sentía muy satisfecho con su vida. Sin embargo, un día Simba se empezó a dar cuenta de que algo extraño estaba pasando. Le costaba trabajo cazar, sentía que su fuerte rugido ya no era lo que solía ser, y además, se sentía cada vez más cansado.
Simba intentaba ocultar su cansancio y dolor, ya que no quería que se preocuparan por él, pero sus amigos animales, notaron algo extraño en él. Un día, una manada de elefantes le preguntó a Simba qué le pasaba y él confesó que se sentía muy cansado y enfermo. Los elefantes preocupados por su amigo, le pidieron que visitara al sabio mandril Rafiki, quien vivía en el otro extremo del bosque.
Simba aceptó la sugerencia y decidió visitar a Rafiki. Después de una larga caminata, Simba llegó al lugar donde vivía Rafiki. El sabio mandril lo invitó a sentarse y le preguntó cómo estaba. Simba le contó todo lo que le estaba sucediendo y le dijo que no podía encontrar una solución a su problema.
A lo que Rafiki respondió: «Simba, no te preocupes, todo tiene una solución. Primero, necesitas descansar y cuidar tu salud, y segundo, debes cambiar tu dieta». Simba no entendía la segunda sugerencia, así que Rafiki continuó explicando: «Simba, tu vida en la selva es muy estresante y tu cuerpo necesita nutrientes especiales, y por lo tanto, debes cambiar tu dieta y empezar a comer frutas y verduras, además de carne».
Simba estaba un poco sorprendido, ya que siempre había comido carne en su dieta, pero decidió seguir los consejos de Rafiki. Decidió tomar un descanso, comer frutas y verduras e incluso meditar para calmarse. En poco tiempo, Simba se sintió mucho mejor. Su fuerza regresó, su rugido se hizo más fuerte y su espíritu se llenó de energía. Estaba listo para enfrentar cualquier problema que pudiera aparecer para ayudar a su reino.
Entonces, un día, llegó un pájaro llamado Kiki, quien solicitó una audiencia con el rey Simba. Kiki era originario del bosque y había llevado una mala noticia: el río que les suministraba agua a los animales de la selva había disminuido su caudal y los peces ya no tenían lugar para vivir. Los animales de la selva no tendrían agua para beber y estaban muy preocupados.
Simba sabía que tenía que hacer algo para ayudar a su reino. Así que convocó a una reunión con todos los animales de la selva, para discutir lo que podían hacer para solucionar el problema del río seco. «Chicos, necesitamos actuar rápidamente y descubrir qué está causando que el río se seque», dijo Simba.
Un murciélago llamado Ludo levantó la mano y dijo: «He oído hablar de una gran presa más allá del bosque que bloquea el río y no deja pasar agua». Todos los animales se sorprendieron al escuchar esto, pero Ludo tenía razón. La presa había sido construida por los humanos para poder alimentar sus plantaciones de arroz.
Simba sabía que tenía que encontrar una solución para eliminar la presa y dejar que el río fluyera libremente. Entonces convocó a varios animales valientes para que lo acompañaran a través del bosque para encontrar la presa y destruirla.
El grupo de animales se adentró en el espeso bosque, superando varios obstáculos hasta que llegaron al lugar donde se encontraba la presa. Los humanos no estaban allí, así que Simba y sus animales aprovecharon la oportunidad y destruyeron la presa.
Después de algunas horas, el río volvió a fluir, y el agua llegó a todos los rincones de la selva. Los animales de la selva celebraron la victoria de Simba y le agradecieron por haberlos salvado.
Desde ese día, Simba decidió seguir comiendo frutas y verduras en su dieta, además de carne. También aprendió que siempre hay una solución para los problemas, solo debes estar dispuesto a tomar acción y no tener miedo a hacer frente a los problemas.
Simba siempre recordaría su satisfacción al haber ayudado al bosque y a sus habitantes. Eso le había brindado una infinidad de felicidad y apreciaba su vida aún más que antes. Desde ese día se sintió vinculado a la naturaleza y prometió siempre cuidar de su reino.