El Monstruo del Bosque del Infierno. Érase una vez, en un bosque muy lejano llamado el Bosque del Infierno, vivía un monstruo espeluznante que aterrorizaba a todos los habitantes del lugar. Se decía que era tan grande como un árbol y tan feroz como un león. Nadie se atrevía a entrar en el bosque, y todos los que pasaban cerca temblaban de miedo al escuchar los rugidos del monstruo. Pero un día, una valiente niña llamada Sofía decidió desafiar al monstruo y descubrir la verdad sobre él. Sofía era una niña muy curiosa y aventurera, y no tenía miedo de nada ni de nadie. Así que un día, decidió explorar el Bosque del Infierno para ver al monstruo con sus propios ojos.
Cuando Sofía llegó al bosque, se adentró en su espesura sin miedo a lo desconocido. Pronto empezó a encontrarse con extrañas criaturas que nunca había visto antes: serpientes de todas las formas y tamaños, arañas gigantes y murciélagos que volaban tan cerca de su cabeza que parecía que iban a chocar contra ella. Pero Sofía no se asustó, siguió avanzando con valentía y determinación hasta que finalmente llegó al corazón del bosque.
Fue allí donde encontró al monstruo. Era grande, peludo y tenía unos ojos enormes y brillantes. Al principio, el monstruo parecía estar enfadado por haber sido descubierto, y empezó a emitir unos rugidos espantosos que hacían temblar a Sofía. Pero la niña, que no se lo pensó dos veces, decidió acercarse y hablar con él.
-«¿Por qué eres tan malvado y asustas a todo el mundo?», preguntó Sofía con valentía.
-«No soy malvado», respondió el monstruo, «solo me comporto así porque la gente me ha hecho daño en el pasado, y no quiero que vuelvan a hacerlo».
Sofía se sorprendió al escuchar su respuesta. ¿Podía ser que el monstruo tuviera razones para ser tan feroz? Entonces, decidió escuchar su historia.
-«Hace muchos años», comenzó el monstruo, «yo vivía feliz en el bosque, sin hacerle mal a nadie. Pero un día, un grupo de cazadores entró en mi territorio y empezaron a perseguirme. Me dispararon con sus flechas y me lastimaron gravemente. Desde entonces, decidí protegerme a mí mismo y a mi hogar con todo lo que tuviera a mi alcance. Pero nunca volví a sentir la paz que tenía antes».
Sofía se sintió muy triste al escuchar su historia, y decidió ayudar al monstruo a encontrar la paz que había perdido. Fue entonces cuando tuvo una idea brillante: convencer a los cazadores de que dejaran en paz al monstruo.
Esa misma noche, Sofía se lanzó en busca de los cazadores. Cuando los encontró, les contó la historia del monstruo y cómo había sufrido a manos de su especie. Los cazadores, sensibilizados por su historia, decidieron dejar de perseguirlo y prometieron nunca volver a molestarlo.
El monstruo, al saber de la buena noticia, se acercó y agradeció a Sofía por su gesto. Entonces, prometió a Sofía que nunca volvería a ser malvado, y que si algún día alguien necesitaba su ayuda, estaría ahí para protegerlos.
Desde entonces, la fama del monstruo cambió y supieron que era pacífico, y Sofía se convirtió en la heroína de todos los habitantes del bosque. Y de vez en cuando, ella visitaba al monstruo para intercambiar historias o simplemente para pasar tiempo juntos.
Y así, el Bosque del Infierno dejó de ser un lugar tenebroso y oscuro, para convertirse en un lugar lleno de aventuras y nuevas amistades. Y todo fue gracias a la valentía de una niña llamada Sofía, que no temía enfrentarse a lo desconocido y a los miedos.
