El Monstruo del Castillo del Dolor. Érase una vez, en un castillo abandonado, vivía un monstruo muy peculiar. Este monstruo no era el típico que atemorizaba a los habitantes de los pueblos vecinos, sino que era un monstruo muy triste. Un monstruo al que todos llamaban «El Monstruo del Castillo del Dolor».
La gente decía que el Monstruo del Castillo del Dolor era una criatura muy solitaria y que su presencia era la causa de la maldición que pesaba sobre el viejo castillo. Se contaban historias terribles sobre el castillo y su residente, historias que hacían temblar de miedo a los más valientes del lugar.
Un día, un grupo de niños aventureros decidieron ir al castillo a investigar si las historias eran ciertas. Ellos nunca habían visto al monstruo, pero estaban ansiosos por descubrir si realmente existía.
Al llegar al majestuoso castillo, los niños quedaron maravillados por su imponencia y belleza en ruinas. Subieron los escalones, pasaron por la puerta principal y exploraron cada rincón del lugar. Encontraron habitaciones y salas llenas de polvo, telarañas y objetos antiguos, pero no encontraron al monstruo.
Los niños se sentaron en el suelo de una gran sala para comer algo y descansar un poco. Fue entonces cuando escucharon un sonido extraño y escalofriante. Era un susurro que venía de la habitación contigua. Los pequeños se asustaron y se prometieron no investigar más, pero uno de ellos, el más valiente, decidió ir a ver qué era el ruido.
Se acercó a la puerta y vio que estaba entreabierta. Se asomó y vio algo que le hizo gritar de terror: El Monstruo del Castillo del Dolor estaba allí, llorando en un rincón de la habitación.
El niño asustado corrió para salir del castillo y contarle a los demás lo que había visto. Él contó cómo había encontrado al monstruo llorando y que no parecía tan aterrador como todos decían. Los demás niños no lo creyeron e insistieron en salir del castillo inmediatamente.
Decididos a terminar con la maldición del castillo, grabaron un mensaje en una de las paredes del castillo, prometiendo ayudar al monstruo a encontrar su alegría. Los niños tenían un plan secreto y sabían que necesitaban volver al castillo para llevarlo a cabo.
Volvieron al castillo a la medianoche y encontraron al monstruo de nuevo llorando en la misma habitación. Pero esta vez, los niños no sintieron miedo. Se acercaron lentamente y le ofrecieron una botella de burbujas. El Monstruo del Castillo del Dolor, sin saber qué hacer, tomó la botella de burbujas y comenzó a soplar burbujas por toda la habitación.
De repente, el monstruo dejó de llorar y comenzó a reír. Era la risa más hermosa que habían escuchado los niños. Después de ese momento de felicidad, el Monstruo del Castillo del Dolor comenzó a hablar con los niños y les contó la historia detrás de su tristeza.
Resulta que, hace muchos años, el castillo había sido el hogar de una familia de nobles muy rica y feliz. Pero un día, después de un terremoto, el castillo comenzó a derrumbarse. Los nobles huyeron y nunca volvieron. Desde entonces, el Monstruo del Castillo del Dolor había vivido solo y triste en el castillo.
Los niños se ofrecieron a ayudar a arreglar el castillo para que el Monstruo del Castillo del Dolor pudiera tener una casa hermosa de nuevo. Y así, durante varias noches, trabajaron juntos y llenaron el castillo de vida y color.
Finalmente, el castillo volvió a ser un lugar hermoso y habitable. El Monstruo del Castillo del Dolor estaba agradecido y feliz. Los niños habían cumplido su promesa y el castillo ya no estaba maldito.
Desde entonces, el Monstruo del Castillo del Dolor no volvió a ser visto en pueblos vecinos. La gente pensó que había desaparecido, pero los niños que lo ayudaron sabían que ahora vivía feliz y rodeado de nuevos amigos en el castillo restaurado. A partir de ese día, el Monstruo del Castillo del Dolor fue recordado con cariño y respeto por aquellos que alguna vez habían sufrido por su presencia.