El Monstruo del Laberinto del Horror

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El Monstruo del Laberinto del Horror
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El Monstruo del Laberinto del Horror. Érase una vez en una pequeña aldea, escondida en un bosque frondoso, un legendario laberinto del horror. Durante siglos, los lugareños habían contado historias espeluznantes sobre el monstruo que vivía en su interior. A pesar de las advertencias, los visitantes llegaban de todas partes para explorar el laberinto y vivir una experiencia única, aunque tuviera un poco de miedo.

Había una leyenda sobre un chico llamado Tomás, que se aventuró en el laberinto una noche de luna llena y nunca volvió a salir. Nadie sabe a ciencia cierta qué pasó con él, pero su desaparición solo incrementó la fama del laberinto del horror. Los padres de la aldea cogían a sus hijos por el brazo y les decían: “No te aventures allí, o podrías encontrarte con el Monstruo del Laberinto del Horror».

Un día, un joven llamado Javier llegó a la aldea. Era curioso y valiente, y no tenía miedo de descubrir los secretos del laberinto. Los habitantes de la aldea estaban preocupados, ya que habían escuchado los relatos de los visitantes que se perdieron en el laberinto del horror y nunca fueron encontrados. Pero el joven Javier no pensó en eso, estaba emocionado por la aventura.

Con un movido del mentón le dijeron: «¿Estás seguro de que quieres hacerlo?».

Javier decidió que no tenía nada que perder y entró en el laberinto en una tarde de lluvia. La entrada estaba oculta por el follaje, por lo que solo los más valientes se atrevían a entrar. Javier estaba seguro de que podría encontrar el camino de vuelta después de su aventura, así que comenzó a caminar siguiendo su instinto.

Sin embargo, pronto se dio cuenta de que estaba perdido en el laberinto de paredes altas, oscuros y húmedos. La lluvia hacía que cada paso que diera fuera todos sus esfuerzos en vano y el sonido de sus pasos era lo único que se agudizaba cada vez más. No puede determinar en qué dirección estaba y era incapaz de salir del lugar.

Luego notó un rastro de alguien. Era un rastro de pies grandes y pesados, no distinguibles por la forma original, sino por la presencia de restos de lodo. Sabía en su corazón que esto era lo que había estado buscando, la presencia del Monstruo del Laberinto del Horror.

Javier no estaba preocupado, estaba decidido a salir del laberinto a toda costa, pero debía enfrentarse a esa criatura de alguna manera. Bajó los hombros y apretó los puños, avanzando cautelosamente hacia el animal. La criatura también se dio cuenta de su presencia y comenzó a acercarse a él.

Pero, lo que Javier no sabía es que el Monstruo del Laberinto del Horror era un monstruo diferente a los demás. Era grande, peludo y con unos ojos rojos que parecían brillar en la oscuridad, pero no era agresivo. En realidad, tenía una personalidad amable y le encantaba conocer gente nueva. Estaba aburrido de estar solo en el laberinto y rara vez tenía alguien para conversar.

Javier estaba asustado al principio, pero luego descubrió la verdadera naturaleza del monstruo y comenzó a hablarle. La criatura completamente sorprendida de tener a un humano amable y valiente, decidieron ir a la aventura del laberinto junto el uno al otro.

Durante muchas horas, los dos exploraron los retorcidos pasillos del laberinto, quedando a ciegas y, a veces, confundidos. Sin embargo, Javier y el Monstruo del Laberinto del Horror nunca perdieron la esperanza de encontrar su camino de salida. Contaron historias, se dieron ánimos y se mantuvieron juntos en todo momento.

Eventualmente, después de muchas horas de caminar, encontraron una salida del laberinto. Javier y el Monstruo del laberinto del horror se despidieron. Javier comenzó a caminar hacia la aldea, dando incluso la espalda cuando escuchó la voz del monstruo detrás de él que lo llamaba.

Y así Javier regresó triunfante a la aldea, cuenta su historia, su aventura y la amistad que había formado con el Monstruo del Laberinto del Horror. A partir de ese día, nadie volvió a tener miedo del laberinto, y muchos se aventuraron a explorarlo con la esperanza de conocer al monstruo peludo y de ojos brillantes.

Desde entonces, la aldea comenzó a llamarlo «El Monstruo del Laberinto del Horror Amigo de Javier», y pasó a ser una historia que se contará durante mucho tiempo en la aldea. Además, la leyenda del laberinto del horror cambió, ya no era un lugar temido sino un lugar que podía tener aventuras amistosas y únicas.

Javier nunca se olvidará de ese día en el laberinto ni de la amistad que forjó con el Monstruo del Laberinto del Horror. Todos los que escuchan la historia, si son lo suficientemente valientes, pueden ir al laberinto y encontrar al amigo más especial de Javier. La leyenda ahora era una historia para contar aterradora, pero con un final feliz. Así es como Javier salvó al Monstruo de su soledad y a la gente de su miedo.

Y colorín colorado este cuento se ha acabado.
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