El Monstruo del Río de la Oscuridad. Érase una vez un río que fluía en la oscuridad. La gente de la aldea cercana lo evitaba, ya que decían que por las noches se escuchaban extraños ruidos y que algo misterioso vivía allí. Pero nadie sabía qué era ni quería descubrirlo.
Un día, un niño llamado Lucas estaba explorando los alrededores, cuando se dio cuenta de que algunas de sus pertenencias habían caído al otro lado del río. Sabía que no era seguro, pero estaba decidido a recuperarlas. Así que a escondidas, cruzó el río y recuperó sus cosas.
De repente, escuchó un sonido extraño detrás de él. Giró y vio que una criatura monstruosa estaba parada detrás de él. Era grande, peluda y tenía unos ojos tan grandes y rojos como faros.
Lucas tembló de miedo y se preguntó qué era esa criatura. Pero antes de que pudiera hacer algo, el monstruo se acercó a él y comenzó a hablar.
«¿Qué haces aquí, pequeño?», preguntó el Monstruo del Río de la Oscuridad con una voz profunda y fuerte.
Lucas tartamudeó y respondió: «Oh, solo vine a buscar mis cosas. Lo siento, no sabía que alguien vivía aquí».
El monstruo lo miró fijamente y luego se echó a reír. «Jejeje, no te preocupes. No te haré daño. Solo estoy aquí para proteger este río y asegurarme de que las personas no lo ensucien».
Lucas se sorprendió al descubrir que el Monstruo del Río de la Oscuridad estaba allí para ayudar, no para dañar. Entonces, decidió hacerle una pregunta.
«¿Por qué este río se llama el Río de la Oscuridad?», preguntó.
El monstruo suspiró profundamente y dijo: «Hace muchos años, este río era hermoso y brillante, y la gente lo amaba. Pero entonces, comenzaron a arrojar basura y desechos en él. El río se oscureció y la gente dejó de amarlo. Por eso, ahora se llama el Río de la Oscuridad».
Lucas lo escuchó con tristeza y sintió pena por el río. «¿Puedo ayudar de alguna manera?», Preguntó.
El Monstruo del Río de la Oscuridad sonrió y dijo: «Claro que sí, pequeño. Siempre podemos usar más ayuda para limpiar el río. ¿Te gustaría ayudarme?».
Así que Lucas y el Monstruo del Río de la Oscuridad comenzaron a trabajar juntos. Encontraron basura y escombros en las orillas del río y los retiraron. También plantaron árboles y flores, y limpiaron el agua. Con el tiempo, el río comenzó a volver a su antigua gloria y la gente empezó a amarlo de nuevo.
Un día, la gente de la aldea cercana se acercó al río y se sorprendieron al descubrir que era hermoso y limpio.
«¿Pero quién hizo esto?», preguntaron todos.
Lucas y el Monstruo del Río de la Oscuridad se escondieron detrás de unos arbustos mientras observaban la reacción de la gente. Estaban felices de ver que la gente se sorprendió y se alegró de ver el río hermoso y limpio.
«Espero que la gente haya aprendido a respetar la naturaleza y no ensuciar nunca más», dijo el Monstruo del Río de la Oscuridad.
Lucas estuvo de acuerdo y sonrió al ver que su trabajo había tenido un impacto positivo en la comunidad.
Desde ese día, Lucas visitaría el río todas las semanas para ver cómo había cambiado y para jugar con su amigo, el Monstruo del Río de la Oscuridad. La gente de la aldea comenzó a visitar el río con más frecuencia, y pronto se convirtió en un lugar popular para pasear y disfrutar.
Aunque la gente siempre recordó la historia del río oscuro y el Monstruo del Río de la Oscuridad, nunca tuvieron miedo de él de nuevo. En cambio, lo vieron como un amigo y protector del río.
Y así, el Monstruo del Río de la Oscuridad se convirtió en una leyenda de la aldea, una historia que los niños en todo el mundo recordarían, sobre cómo la amistad y el trabajo en equipo pueden cambiar el mundo para mejor.
