El Monstruo de la Isla del Olvido. Érase una vez una pequeña isla en medio del océano. No era una isla cualquiera, ya que estaba habitada por un monstruo temible que siempre parecía estar hambriento. Nadie sabía cómo había llegado allí, pero todos los barcos que se acercaban a la isla desaparecían misteriosamente sin dejar rastro.
Los aldeanos del pueblo cercano habían intentado en varias ocasiones vencer al monstruo, pero cada vez que lo intentaban, volvían al pueblo con más miedo y heridas. El miedo era tan grande que incluso la famosa “Bruja del Mar” había intentado deshacerse del monstruo usando sus poderes, pero había fracasado.
Un día, un barco llegó a la isla. El barco estaba tripulado por los mejores guerreros y cazadores de la región, llegaron a la isla con la intención de acabar con el monstruo. La tripulación tenía un líder llamado Carlos, un hombre muy valiente y sabio, capaz de tomar decisiones críticas en el momento justo.
La tripulación llegó a la isla la noche anterior y había pasado toda la noche preparándose para la caza del monstruo. Incluso habían construido una trampa para atrapar al monstruo y matarlo. Sin embargo, nadie estaba seguro de cómo sería el monstruo, ni siquiera estaban seguros de si realmente existía.
La mañana siguiente, cuando los cazadores estaban listos para iniciar la caza, el viento sopló en la dirección opuesta al barco. Esto era extraño, ya que el viento siempre soplaba en la misma dirección en esa parte del océano. La tripulación decidió que esto debía ser una señal del monstruo, así que se prepararon para luchar, tan pronto como el monstruo hiciera su aparición.
De repente, un rugido ensordecedor sacudió la isla. Era el sonido del monstruo, y era mucho más fuerte y más aterrador de lo que cualquiera de ellos había imaginado. La tripulación se puso en alerta, preparándose para pelear, pero el monstruo no apareció por ninguna parte.
Sin embargo, los cazadores no estaban satisfechos con esperar y que el monstruo apareciera por sí solo, había que buscarlo. Así, dividieron la tripulación en dos grupos. Carlos lideraría un grupo para buscar al monstruo, mientras que el otro grupo permanecería cerca de la trampa que habían construido y esperarían a que el monstruo cayera en ella.
Carlos y su grupo buscaron en toda la isla, pero no pudieron encontrar al monstruo. No estaba en las cuevas o en la playa, ni tampoco se escuchaba su rugido. El grupo estuvo a punto de regresar al barco, cuando Carlos de repente vio algo moverse a lo lejos.
Una pequeña colina separaba a Carlos de sus cazadores del objeto en movimiento, así que corrió hacia arriba de la colina para que pudiera ver mejor. Cuando llegó a la cima, vio una gran figura moviéndose detrás de la colina. Era el monstruo. Carlos bajó corriendo la colina para informar a los demás cazadores.
Cuando llegó al lugar donde se encontraban los cazadores, Carlos les informó de la ubicación del monstruo. El grupo corrió en esa dirección, listos para acabar con la criatura y demostrar que no había nada que temer en la Isla del Olvido. Pero cuando llegaron a la cima de la colina, encontraron algo que no esperaban.
El monstruo no era lo que el grupo esperaba ver. En su lugar encontraron a un niño. Un niño pequeño, tirado en el suelo, llorando. El niño tenía una apariencia extraña, sus manos eran más grandes de lo que debían ser, sus dientes estaban enormes, lo que hacía sobresalir su boca de una manera extraña, y tenía una lengua como la de una serpiente, verde y alargada.
El niño les explicó que él había sido un niño normal, pero un día había sido secuestrado por unos piratas mientras viajaba en un barco. Los piratas se habían llevado al niño a la Isla del Olvido y lo habían abandonado allí para que muriera de hambre. Afortunadamente, el niño había encontrado una cueva donde había encontrado suficiente comida y agua para sobrevivir.
Sin embargo, cuanto más tiempo pasaba en la isla, más se transformaba, convirtiéndose en un monstruo muy temible. Al final del cuento, Carlos y los cazadores decidieron llevar al niño de vuelta al pueblo para que pudiera recuperarse y regresar a su vida normal.
Desde entonces, los habitantes del pueblo dejaron de temer los misterios de la Isla del Olvido. Después de todo, el monstruo de la isla no era más que un niño abandonado, un niño que había logrado sobrevivir en un lugar inhóspito y cuya única forma de defenderse era mostrarse como un monstruo aterrador. La lección que puede aprenderse de este cuento es que nunca se debe juzgar a alguien por su apariencia.