El Monstruo del Pueblo de las Brujas. Érase una vez en un pequeño pueblo rodeado de bosques de árboles retorcidos y plantas espinosas vivía un monstruo. Este monstruo no era como cualquier otro, sino que tenía el cuerpo de un hombre grande y fuerte, pero su rostro era el de un cerdo y sus ojos eran amarillos y llenos de ira. Todos los habitantes del pueblo temían al Monstruo del Pueblo de las Brujas, pero nadie sabía de dónde venía ni por qué estaba allí.
Los niños del pueblo eran los que más temían al monstruo. Nadie se atrevía a salir de noche por temor a que el Monstruo los atrapara y se los llevara. Pero no todos los niños le temían, de hecho, había uno que no estaba asustado por el monstruo. Se llamaba Lucas y tenía solo ocho años. Lucas siempre había sido un niño valiente y aventurero y no creía en monstruos.
Un día, Lucas decidió investigar y encontrar una manera de hacer que el Monstruo del Pueblo de las Brujas desapareciera para siempre. Le preguntó a los mayores sobre el monstruo, pero nadie parecía saber nada al respecto. Afortunadamente, Lucas no se rindió tan fácilmente y decidió ir al bosque a buscar respuestas.
Cuando llegó al borde del bosque, se encontró con una peculiar anciana que estaba recogiendo hierbas. Lucas le preguntó si ella sabía algo sobre el Monstruo del Pueblo de las Brujas, y la anciana lo llevó a su choza, la cual estaba oculta entre las ramas gruesas de uno de los árboles más viejos del bosque.
Allí, la anciana le contó a Lucas una historia terrorífica. Hace muchos años, en el pueblo de las brujas, vivía un hombre llamado Vlad que se enamoró de una bruja, pero ésta lo rechazó. Vlad enloqueció y se convirtió en el monstruo que secuestraba a los niños del pueblo. La anciana le dijo a Lucas que la única manera de detener al Monstruo del Pueblo de las Brujas era encontrar el corazón de Vlad y destruirlo.
Lucas se estremeció ante esa aterradora idea, pero no se rindió. Después de todo, él era el único que podía salvar a los niños del pueblo del Monstruo. Él sabía que tenía que encontrar el corazón de Vlad y destruirlo.
Lucas volvió al borde del bosque y vio algo brillante y rojo que llamó su atención. Era el collar de cuentas rojas de Vlad, y Lucas sabía que era una pista importante que lo llevaría a su corazón. Lucas siguió el collar hacia el bosque y pronto llegó a una cueva oscura.
Lucas se preparó para enfrentar al monstruo y entró en la cueva. La oscuridad lo envolvió y escuchó los susurros de Vlad, quien se burlaba de él. Lucas sacó su cuchillo y caminó hacia las profundidades de la cueva.
De repente, el Monstruo del Pueblo de las Brujas apareció en sus ojos, sus ojos amarillos relucieron en la oscuridad y su larga lengua colgaba sobre su labio. Lucas intentó apuñalarlo, pero fue inútil.
El monstruo atacó a Lucas y lo arrastró por la cueva. Pero Lucas se las arregló para escapar y corrió hacia la salida. El monstruo lo persiguió, pero Lucas agarró un pedazo de roca y lo lanzó hacia el corazón del Monstruo.
El corazón de Vlad explotó en un espectáculo de fuegos artificiales y todo el bosque tembló en un ruido ensordecedor. El Monstruo del Pueblo de las Brujas se desplomó al suelo, muerto para siempre.
Lucas salió de la cueva, temblando y desorientado. Pero sabía que había hecho lo correcto al detener al Monstruo y salvar a su pueblo del terror.
Desde ese día en adelante, Lucas se convirtió en un héroe en el pueblo. Todos lo amaban y lo respetaban por su coraje y valentía. Y Lucas siempre supo que nunca volvería a tener miedo de nada, porque sabía que podía ser un héroe y enfrentar cualquier peligro que se le presentara.
Y así, el Monstruo del Pueblo de las Brujas fue derrotado y los niños del pueblo ya no tenían que temer por sus vidas. Desde entonces, se convirtió en una leyenda que se cuenta en el pueblo para recordarles a los niños la valentía y el coraje que Lucas mostró para salvarlos de ese monstruo malvado.
