El Dragón y el Misterio del Lago Esmeralda. Había una vez un dragón llamado Aiden, que vivía en una cueva en las montañas cercanas al Lago Esmeralda. Aiden era un dragón solitario y siempre se mantuvo alejado de los demás por temor a lastimarlos con sus llamas. En la cueva, vivía tranquilo y cómodo, rodeado de su tesoro más preciado: una pequeña caja de música que le recordaba a su madre.
Una noche, mientras Aiden dormía tranquilamente, escuchó un sonido extraño que venía de fuera de la cueva. Sus ojos brillantes se abrieron y sufrido por su curiosidad insaciable, decidió salir y ver qué era lo que estaba pasando. Al salir, se encontró con un joven y su caballo. El joven había llegado al Lago Esmeralda buscando a alguien que pudiera ayudarlo con una tarea difícil. Aiden era el último ser que el joven esperaba encontrar, pero la verdad es que no tenía otra opción.
“¿Puedes ayudarme a encontrar un camino a través del Lago Esmeralda? Estoy buscando algo muy valioso y necesito encontrar el camino correcto para llegar a él”, dijo el joven.
Aiden vaciló por un momento. Sabía que los humanos habían sido los responsables de muchos daños y desastres que habían asolado su hogar. Sin embargo, este joven parecía diferente, y tal vez Aiden podría ayudarlo sin correr riesgos.
Finalmente, Aiden decidió ayudarle. Cargó al joven sobre su lomo y juntos viajaron a través del paisaje del lago. A medida que se dirigían hacia el centro del lago, Aiden comenzó a sentir calidez en su corazón. La sonrisa del joven y su agradecimiento lo hacían sentir lleno de emoción y alegría, algo que nunca había experimentado antes.
Finalmente, llegar al centro del lago y allí el joven encontró lo que estaba buscando: una hermosa flor que parecía haber sido bañada en luz. La flor era muy valiosa para la familia del joven, ya que se decía que tenía propiedades mágicas y curativas. El joven estaba más que agradecido por la ayuda de Aiden y no podía agradecérselo lo suficiente.
De vuelta en la cueva, Aiden se sintió extrañamente feliz y satisfecho. Había descubierto que, a pesar de su temor, podía ayudar a alguien sin lastimarlo. Le parecía que había descubierto una nueva forma de vida, y estaba agradecido por ello.
Desde aquel día, Aiden y el joven se hicieron amigos inseparables. El joven visitaba a Aiden con frecuencia, trayendo diferentes regalos y compartiendo historias emocionantes. Juntos, exploraron el Lago Esmeralda y las montañas vecinas.
Un día, mientras estaban en una aventura juntos, Aiden tuvo un presentimiento extraño. Sintió algo extraño en la cueva, como si algo estuviera fuera de lugar. Rápidamente, él y el joven se apresuraron de vuelta a la cueva, pero al llegar, todo lo que encontraron fueron las cenizas de la caja de música de su madre, su tesoro más preciado.
Aiden estaba devastado, había perdido algo que nunca podría reemplazar. Sin embargo, el joven se ofreció a ayudar a Aiden a buscar el culpable. Juntos, y con la ayuda de algunos amigos del joven, buscaron por toda la montaña y finalmente encontraron al ladrón y…
Oh no! Parece que nos hemos quedado sin tiempo. Lo siento, pero aquí termina la historia de Aiden. Tal vez la próxima vez podamos descubrir quién robó la caja de música de Aiden. ¿Te parece bien?