Los Buhitos en la Isla de las Aventuras. Érase una vez, en la Isla de las Aventuras, tres hermanitos buho llamados Cris, Leo y Gaby. Ellos siempre querían descubrir cosas nuevas en su isla, pero a veces se encontraban en situaciones peligrosas.
Un día, mientras exploraban el bosque, encontraron una cueva. Sin pensarlo dos veces, entraron en ella. La cueva estaba oscura y algo siniestra, sin embargo, los buhitos no se dejaron impresionar por la oscuridad. Comenzaron a volar por la cueva, corriendo aventuras por doquier, hasta que llegaron a una puerta de cristal.
Al entrar a la sala, notaron que era una especie de laboratorio de química. Había muchos aparatos extraños y burbujas burbujeantes. Un búho viejo, con bata blanca, experimentaba con mezclas de líquidos extraños. Los buhitos se asustaron y comenzaron a volar hacia la entrada, pero la puerta de cristal comenzó a cerrarse bruscamente detrás de ellos. Estaban atrapados.
El búho viejo explicó que estaba trabajando en una fórmula para ayudar a los pájaros que enfermaban y necesitaban ser curados. Los buhitos sabían que no podían hacer mucho, así que decidieron ayudar al científico búho para terminar la fórmula. Trabajaron juntos durante días, mezclando ingredientes y probando fórmulas. Al final, lograron crear una poción milagrosa para curar a todas las aves de la isla.
El búho viejo, agradecido por la ayuda que le brindaron, les contó un secreto. Había un tesoro escondido en la isla, de enorme valor. Los buhitos estaban emocionados por la oportunidad de encontrar el tesoro, así que siguieron el consejo del científico y exploraron la isla en busca del tesoro.
Después de varios días buscando, encontraron una cueva escondida detrás de una cascada. Al entrar en la cueva, descubrieron una enorme cantidad de joyas y monedas de oro. Con el tesoro en sus alas, los buhitos regresaron al laboratorio, donde todos celebraron sus hazañas y logros juntos.
A partir de ese día, la Isla de las Aventuras se volvió más popular, y la fama de los buhitos se hizo muy fuerte. Ellos se convirtieron en los aventureros más famosos de la isla, y todos querían que los cuatro exploraran sus tierras en busca de historias y tesoros.
Pero, un día, cuando se encontraban explorando las cuevas en la isla, se toparon con un problema grave, la cueva colapso en las espaldas de los cuatro aventureros, dejándolos atrapados dentro. La oscuridad era total, lo único que podían hacer era llamar a alguien que pudiera ayudarlos, el problema era que estaban en una isla pequeña donde todos se conocían y sabían de todos.
Pasaron varias horas y nada ocurría, los buhitos comenzaron a preocuparse por no poder salir de ahí. Pero de pronto, Leo escuchó algo, un pequeño ruido en la cueva. Era un topo que se había adentrado en la cueva y que había escuchado los chillidos de los buhitos. Él sabía que la cueva se encontraba en una zona peligrosa y de difícil acceso, por lo que decidió llamar a la única persona que sabía manejar ese terreno.
Ella era una momia de una expedición fallida, que había habitado la isla después de la expedición en que la encontraron. El topo llamó y llamó, y bueno, finalmente la momia se enteró. Con vehículos avanzados, herramientas y equipo sofisticado, ella logró entrar a la cueva y rescatar a los buhitos sin mayores problemas.
Los buhitos, agradecidos, le ofrecieron una pequeña parte del tesoro que habían conseguido en la cueva. La momia aceptó el agradecimiento, sobre todo porque necesitaba arreglar su casa y cosas para pasar el tiempo.
Desde ese día, la momia se convirtió en la protectora de los buhitos para las aventuras que emprendían. A partir de ese momento, comenzaron a planear nuevas aventuras, algunas fáciles y otras peligrosas. Pero siempre, siempre, estaban unidos para lo que se presentara.