El unicornio y el cangrejo

Tiempo de lectura: 4 minutos

El unicornio y el cangrejo
¿PREFIERES UN AUDIOCUENTO?

Si prefieres, puedes escuchar el cuento mientras haces otras tareas

El unicornio y el cangrejo. Érase una vez, en un hermoso bosque lleno de vida y color, vivía un unicornio blanco como la nieve y con un cuerno dorado. El unicornio era una criatura mágica y pacífica, que recorría el bosque ayudando a todos los animales que se encontraba en su camino.

Un día, mientras caminaba por el bosque, el unicornio se encontró con un cangrejo. El cangrejo era pequeño y no tenía muchas habilidades para moverse en el bosque, pero sorprendentemente, se acercó al unicornio y le preguntó:

– ¿Puedes ayudarme, unicornio? Estoy perdido en este bosque, no sé cómo volver a casa.

El unicornio escuchó la petición del cangrejo y decidió ayudarlo. Le indicó el camino para que pudiera volver a su casa sin problemas. Desde ese día, el cangrejo y el unicornio se hicieron amigos y comenzaron a pasear por el bosque juntos.

Mientras paseaban, el cangrejo le contó al unicornio cómo siempre quería explorar nuevos lugares en el bosque, pero que tenía miedo de alejarse demasiado y perderse, como le había pasado anteriormente. El unicornio comprendió el miedo del cangrejo y decidió ayudarlo a vencerlo.

Juntos, se pusieron en la tarea de explorar el bosque en busca de nuevos lugares. El unicornio iba adelante, abriéndoles camino y dejando una estela de magia y brillo a su paso, mientras que el cangrejo lo seguía detrás, confiado en su nuevo amigo.

Pero un día, mientras exploraban un nuevo camino, el cangrejo se encontró con un peligroso río. El cangrejo, asustado, le dijo al unicornio que no sabía cómo cruzarlo y que tenía miedo de ahogarse. El unicornio, con su gran espíritu protector, decidió ayudar al cangrejo a cruzar el río.

El unicornio extendió su cuerno dorado sobre el río, como si fuera un puente, para que el cangrejo pudiera cruzar sin correr peligro. El cangrejo, emocionado y agradecido, cruzó el río sin problemas. Cuando llegó al otro lado, se volteó para agradecerle al unicornio, pero se dio cuenta de que había desaparecido.

A partir de ese momento, el cangrejo comenzó a buscar al unicornio por todo el bosque, pero no lo encontraba. El cangrejo, triste y desolado, se sentó en una roca y comenzó a llorar. Fue entonces cuando el unicornio apareció frente a él.

– ¿Por qué te fuiste, unicornio? – preguntó el cangrejo, aún con los ojos llenos de lágrimas.

– Solo quería que aprendieras a confiar en ti mismo y a superar tus miedos, cangrejo. Ahora sé que eres una criatura valiente – le dijo el unicornio.

El cangrejo miró al unicornio, confundido. ¿Cómo podía ser valiente si había necesitado la ayuda del unicornio para cruzar el río? Pero entonces, el cangrejo escuchó la voz de su amigo una vez más.

– Hasta el animal más pequeño puede ser valiente y superar sus miedos, cangrejo. Lo importante es intentarlo.

El cangrejo reflexionó sobre las palabras del unicornio y se dio cuenta de que tenía razón. A partir de ese día, el cangrejo se convirtió en un explorador valiente y aventurero, siempre dispuesto a descubrir nuevos lugares en el bosque. Y el unicornio, siempre lo acompañaba en sus aventuras, feliz de haber formado una amistad duradera y llena de confianza con el pequeño crustáceo.

Así, el unicornio y el cangrejo se convirtieron en grandes amigos, aprendiendo el uno del otro y disfrutando de las maravillas que el bosque les ofrecía. Juntos, aprendieron que la amistad y la confianza no tienen límites, y que cualquier obstáculo puede ser superado si uno tiene el valor de intentarlo.

Y colorín colorado este cuento se ha acabado.
El unicornio y el cangrejo
¿Te ha gustado «El unicornio y el cangrejo»?
¡Compártelo con tus amigos!
Facebook
Twitter
Pinterest
WhatsApp
Email
Imprimir