El unicornio mágico

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El unicornio mágico
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El unicornio mágico. Érase una vez un reino donde los unicornios eran criaturas mágicas y protegidas por la ley. Los unicornios eran conocidos por sus cuernos brillantes y sus habilidades curativas. Los humanos del reino los adoraban y siempre los trataban con amor y respeto.

Un día, un unicornio llamado Estrella se perdió. Su familia y amigos buscaron por todas partes pero no lo encontraron. Estrella estaba asustado y solo en la oscuridad. De repente, vio una luz brillante en la distancia. Mientras se acercaba a la luz, vio que era un ángel.

El ángel sonrió y dijo: «Hola, Estrella. Sé que te has perdido, pero no te preocupes. Te llevaré de regreso a tu hogar y estarás a salvo».

El ángel tocó a Estrella con su vara mágica y desaparecieron en un destello de luz. Cuando Estrella abrió los ojos de nuevo, estaba en su casa. Su familia lo recibió con amor y alivio cuando regresó.

Desde entonces, Estrella nunca se olvidó del ángel que lo había rescatado. Siempre hablaba con los otros unicornios y les contaba la historia de cómo había sido salvado por un ángel. Los unicornios empezaron a conocer los ángeles y siempre los buscaban para pedir ayuda cuando la necesitaban.

Las cosas cambiaron drásticamente estas mañana en el reino cuando un hombre apareció en el bosque. Estaba herido y manchado de sangre. Los unicornios lo acogieron y lo curaron. El hombre agradecido, prometió que no dañaría nunca a ningún unicornio.

Los días pasaron y la relación entre los unicornios y los humanos parecian más fuerte que nunca. Pero de repente, un día, un grupo de humanos comenzaron a cazar a los unicornios por sus cuernos mágicos. Los unicornios intentaron correr y esconderse, pero los cazadores eran implacables.

Los cazadores abatieron y hirieron a muchos unicornios, incluyendo a la familia de Estrella. Estrella estaba desolada, llorando la pérdida de su familia. Uno de los cazadores, sin embargo, aún vivía y estaba gravemente herido. Estrella se acercó a él, y en lugar de matarlo como el cazador esperaba, lo sanó con su cuerno.

Los demás cazadores estaban sorprendidos, pero también se sintieron amenazados. Desencadenaron un ataque contra Estrella, pero la joven unicornio tenía un truco bajo la manga. Con la ayuda del ángel que la había salvado anteriormente, Estrella fue capaz de escapar de los cazadores y llevar a los unicornios a un lugar seguro.

Desde entonces, Estrella se convirtió en un símbolo de esperanza para los unicornios y los humanos por igual. Ayudó a los unicornios a ganar la guerra contra los cazadores y a construir una comunidad donde ambas especies conviven en paz y armonía.

Érase una vez un reino en el que los unicornios eran animales solitarios y nunca se acercaban a los humanos. Un anciano solía contar historias a los niños sobre cómo los unicornios poseían un poder mágico y que en cualquier momento podían desaparecer misteriosamente en el aire.

Un buen día, un pequeño niño salió a pasear y descubrió a un unicornio en el bosque. El unicornio atónito y sorprendido de estar acompañado salió corriendo. El niño decidió seguirlo y le ofreció comida. Con el tiempo, el unicornio se dio cuenta de que no tenía nada que temer del niño y ambos se convirtieron en amigos.

El niño y el unicornio pasaron mucho tiempo juntos en los bosques, corriendo y jugando. El niño contaba historias al unicornio y el unicornio le recompensaba contando sus mejores aventuras en el bosque. El unicornio permitió al niño tomar un pedazo de su cornamenta y convirtió el objeto en un collar para el niño. A cambio, el niño le prometió proteger al unicornio.

Un día, cuando el niño y el unicornio estaban disfrutando de una tarde tranquila en el bosque, un grupo de cazadores de unicornios llegó armado con hachas y cuchillos. El niño trató de detenerlos, pero era apenas un niño contra tantos. Los cazadores lograron hacerle daño al unicornio y lo dejaron gravemente herido.

El unicornio le confió su única posibilidad de sobrevivir al niño. Le pidió que tomara el collar de su cornamenta y se lo colocara en su propio cuello. «Siempre te protegeré», prometió el niño.

Y así lo hizo. El collar mágico del unicornio hizo que el niño pudiera convertirse en un unicornio con los mismos poderes que su amigo. Juntos, el niño y su amigo buscaron un lugar seguro y lejos de los cazadores.

El niño unicornio y su amigo sobrevivieron juntos en el bosque, corriendo y jugando, y viviendo sus aventuras en completa armonía. El niño se convirtió en su protector y su amigo, y siempre estuvo dispuesto a protegerlo de cualquier peligro que apareciera.

Y así, el murmullo comenzó a correr a lo largo del reino sobre el pequeño unicornio que había sido protegido por su amigo humano. Muchos descubrieron que los unicornios no eran criaturas solitarias, sino que estaban dispuestos a aceptar y cuidar a cualquier ser que viniera con buena voluntad. La amistad entre el niño y el unicornio se convirtió en un ejemplo de la posibilidad de la coexistencia pacífica, sin importar cuán diferentes puedan ser dos seres.

Y colorín colorado este cuento se ha acabado.
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