El Lobo y el Castillo de los Sueños. Érase una vez un pequeño lobo llamado Lucas que vivía en un bosque cercano a un gran castillo. Lucas era un lobo diferente a los demás, él no deseaba salir en la noche a cazar para comer carne, lucas prefería quedarse sentado en una roca a contemplar las estrellas en el cielo.
Un día, mientras Lucas se encontraba sentado en su roca, una pequeña mariposa se posó en su nariz. A diferencia de los demás lobos que se molestarían por la presencia de un insecto, Lucas se quedó muy quieto, no quería asustar a la mariposa. La mariposa comenzó a hablarle a Lucas sobre un fantástico lugar, El Castillo de los Sueños.
Según la mariposa, El Castillo de los Sueños era un lugar mágico donde los sueños se hacían realidad. Sin embargo, para poder ingresar al castillo, se debía resolver un acertijo difícil y peligroso.
La mariposa ofreció a Lucas una idea, como él era conocido por su inteligencia y astucia, podría ayudar a la mariposa a resolver el acertijo para entrar al Castillo de los Sueños. Lucas aceptó el reto y juntos se pusieron en camino hacia el castillo.
Una vez que llegaron al castillo, se encontraron con que un gran muro bloqueaba su entrada. Tal y como les había advertido la mariposa, el acertijo era difícil. Debían encontrar una manera de atravesar el muro.
Lucas, con su inteligencia, ideó un plan. Le pidió a la mariposa que buscara los huecos en el muro y los marcara con su polvo mágico. Entonces, Lucas se dio cuenta de que la llave para cruzar el muro estaba en los propios huecos del muro.
Con la ayuda de la mariposa, Lucas logró activar cada hueco del muro formando una espada. La espada se liberó y se incrustó en el muro, abriéndolo.
El Castillo de los Sueños estaba a su alcance. Lucas y la mariposa se adentraron en la maravillosa construcción. El castillo era un lugar muy hermoso y brillante. Tenía muchos colores, muchas formas y muchos sonidos. Era muy difícil describirlo.
La mariposa le explicó a Lucas que el castillo estaba dividido en diferentes niveles, cada uno más difícil que el anterior. El objetivo de ellos era llegar al final del castillo para encontrar el anillo mágico.
Durante un tiempo, Lucas y la mariposa recorrieron el castillo. Pasaron por laberintos, escaleras, pasillos y habitaciones. Todos ellos llenos de sorpresas y figuras extrañas. Cada vez que superaban una prueba, el mundo a su alrededor se transformaba, se movía y se reorganizaba.
Finalmente, Lucas y la mariposa llegaron a la última prueba. Un enorme dragón estaba en frente de ellos. Debían ser valientes para enfrentar al dragón. Lucas y la mariposa prepararon una estrategia y lograron engañar al dragón para que se fuese. El camino quedó libre.
El anillo mágico había sido encontrado en la última habitación y Lucas y la mariposa lo tomaron. Al tomar el anillo, el castillo comenzó a desmoronarse. Lucas no podía entender por qué cerraron la entrada y comenzaron a hundirse con el castillo.
La mariposa le explicó que solo una persona al mismo tiempo podía entrar al castillo. De esta forma, Lucas se quedó atrás, y el castillo se hundió, dejando solo el anillo.
Al recoger el anillo, todo volvió a la normalidad. Lucas se encontraba de vuelta en el bosque. Abrazó el anillo con tristeza y regresó a su hogar sintiéndose vacío, ya que no logró obtener el deseo de cumplir con su sueño de contemplar las estrellas en el cielo.
En su corazón seguía deseando cumplir su sueño, y una noche parecía que la realidad superaba su propio sueño. Pero Lucas no comprendía que todo era gracias al poder del anillo que había obtenido en El Castillo de los Sueños.
Desde ese día, Lucas se transformó en el lobo más feliz del bosque, y cada noche se escapaba para contemplar las estrellas en el cielo sin tener preocupación alguna.
Gracias a El Castillo de los Sueños, Lucas logró cumplir el deseo de su corazón en medio del bosque que se convirtió en su hogar y de sus asombros fantásticos que le hacían olvidar el mundo real.
