El Lobo en el País de las Maravillas. Érase una vez un lobo llamado Max que vivía en un país muy extraño llamado “El País de las Maravillas”. Max era un lobo diferente al resto, él no quería comer conejos ni ovejas, su comida preferida era la fruta. El problema es que en el país de las maravillas la fruta no era fácil de conseguir porque estaba muy alta en los árboles. Max se pasaba los días saltando y saltando intentando alcanzar la fruta, pero no tenía éxito y su barriga comenzó a gruñir.
Un día, Max decidió que debía buscar una solución a su problema. Entonces, se fue en busca del Conejo Blanco, una de las criaturas más importantes del país de las maravillas. Después de caminar y caminar, Max finalmente encontró la madriguera del Conejo Blanco, y llamó a la puerta.
“¿Quién es?” preguntó el Conejo Blanco desde dentro de la madriguera.
“Soy Max, el lobo”, respondió Max.
El Conejo abrió la puerta y quedó sorprendido al ver al lobo en la puerta de su casa.
“¿Qué haces aquí, Max?” preguntó el Conejo Blanco.
“Estoy buscando una solución a mi problema. Como sabes, soy diferente al resto de los lobos y me gusta la fruta, pero no puedo alcanzarla porque está muy alto en los árboles. ¿Puedes ayudarme a conseguir algo de fruta para comer?” explicó Max.
El Conejo Blanco pensó por un momento y luego le dijo a Max: “Puedes intentar hablar con el Sombrerero Loco. Él es un experto en hacer sombreros, pero también sabe cómo conseguir la fruta más deliciosa del país de las maravillas. Si alguien puede ayudarte a conseguir esa fruta, es él”.
Max estaba muy agradecido y decidió seguir el consejo del Conejo Blanco. Así que, después de agradecerle, emprendió su camino en busca del Sombrero Loco.
Después de un largo viaje, Max finalmente encontró al Sombrero Loco en medio de un campo lleno de margaritas. El Sombrero estaba tan concentrado en hacer sombreros que no se dio cuenta de que Max se acercaba a él.
“Hola, Sombrerero Loco” saludó Max. “Necesito tu ayuda para conseguir fruta”.
El Sombrerero Loco se sorprendió al ver al lobo y preguntó: “¿Cómo puedo ayudarte, Max?”
“Soy diferente al resto de los lobos y me gusta la fruta más que la carne, pero no puedo alcanzarla porque está muy alta en los árboles. ¿Puedes ayudarme a conseguir algo de fruta para comer?” explicó Max.
El Sombrerero Loco se rió y dijo: “Por supuesto, Max. Déjame que te enseñe un truco”.
El Sombrerero Loco luego sacó su sombrero y lo colocó en el suelo. Después de asomarse al interior, sacó una cuerda larga y le dio un extremo a Max.
“Ahora, trepa ese árbol y ata el otro extremo de la cuerda a una rama cercana. Después, bájate y verás lo que pasa” explicó el Sombrerero Loco.
Max siguió las instrucciones, y cuando bajó, vio cómo el Sombrerero estaba levantando la cuerda, llegando hasta una de las ramas más altas del árbol. Allí, el Sombrerero Loco flotaba en el aire y cortaba las frutas más exóticas y deliciosas del árbol.
“¡Mira, Max! ¡Aquí arriba hay muchas frutas, y todas son para ti!” dijo el Sombrerero dándole a Max las frutas.
Max estaba feliz y agradecido, pero también estaba sorprendido por el truco del Sombrerero Loco.
“Es un truco muy loco, Sombrerero. Pero, sin duda eres el mejor para conseguir frutas” dijo Max.
Y así, Max regresó a casa con su barriga llena de frutas, muy contento y agradecido. Ahí comenzó a vivir una vida más feliz, rodeado de los granjeros y habitantes del País de las Maravillas, como era su deseo, con una dieta vegetariana a base de frutas y hortalizas.