Los Lobeznos en el Bosque Encantado. Érase una vez un grupo de lobeznos que vivían en el Bosque Encantado. Todos los días, los lobeznos se despertaban temprano para explorar y jugar en el bosque. Pero un día, mientras se divertían saltando de rama en rama, encontraron algo extraño.
Era una bolsa de tela con un objeto mágico dentro. Como los lobeznos eran curiosos, decidieron abrir la bolsa y ver qué había adentro. Para su sorpresa y alegría, encontraron un reloj de arena que, según la leyenda del Bosque Encantado, tenía el poder de detener el tiempo.
Los lobeznos estaban emocionados y decidieron usar el reloj para jugar una broma a sus amigos. Cuando sus amigos llegaron al claro del bosque, los lobeznos pusieron el reloj de arena al revés y el tiempo se detuvo. Los amigos de los lobeznos quedaron congelados en el lugar y no se movieron.
Los lobeznos se divirtieron haciendo travesuras con sus amigos congelados. Pero después de un rato, se dieron cuenta de que habían jugado por mucho tiempo y querían que el tiempo regresara a la normalidad. Intentaron invertir el reloj de arena, pero no funcionó. Parecía que habían roto el hechizo del Bosque Encantado.
Los lobeznos sintieron un remordimiento profundo y se preguntaron qué podrían hacer para reparar su error. De repente, recordaron a un sabio anciano del Bosque Encantado que tenía un gran conocimiento y sabiduría, y que había ayudado a muchos habitantes del bosque. Entonces, decidieron buscarlo para pedirle su ayuda.
Después de una larga búsqueda, encontraron al sabio anciano en una cueva en la montaña. Los lobeznos le contaron su problema y le pidieron su sabiduría. El anciano miró el reloj de arena y dijo:
– Escuchad bien, queridos lobeznos. Este reloj es un objeto muy poderoso y peligroso. Puede ser usado para hacer el bien y el mal. Pero siempre tiene un precio. Si queréis que el tiempo vuelva a la normalidad, deberéis encontrar un objeto mágico especial que os ayudará a pagar el precio.
Los lobeznos estaban confundidos y preguntaron qué objeto mágico necesitaban. El sabio anciano les respondió:
– El objeto que necesitáis es una piedra mágica que se encuentra en la Isla de los Dragones. Pero cuidado, solo podréis obtenerla si sois valientes y astutos. Y deberéis tener cuidado con los peligros y las trampas que os aguardan en la Isla.
Los lobeznos comprendieron que la tarea no sería fácil, pero estaban dispuestos a hacer lo que fuera necesario para arreglar su error. Entonces, se prepararon para el viaje a la Isla de los Dragones.
Los lobeznos se embarcaron en un bote y navegaron durante días hasta llegar a la isla. Cuando llegaron, se dieron cuenta de que el lugar era peligroso y aterrador. Había llamas y humo por todas partes, y los dragones estaban en todas partes, lanzando fuego y rugiendo.
Los lobeznos tuvieron que usar toda su astucia y habilidades para evitar los peligros. Finalmente, encontraron la piedra mágica en una cueva secreta en la montaña. Pero cuando intentaron tomarla, una trampa se activó y los lobeznos quedaron atrapados.
Los lobeznos estaban temerosos y atrapados en la trampa. Entonces se acordaron del sabio anciano y lo que les había dicho: «siempre hay un precio a pagar». Los lobeznos se dieron cuenta de que el precio que debían pagar era el de la valentía.
Entonces, usaron su valentía y astucia para escapar de la trampa y tomar la piedra mágica. Con la piedra en su poder, se dirigieron de regreso a su hogar en el Bosque Encantado.
Cuando llegaron, los lobeznos buscaron al sabio anciano y le entregaron la piedra mágica. El anciano tomó la piedra y dijo:
– Habéis pagado el precio y habéis demostrado vuestra valentía. Ahora puedo ayudaros a reparar vuestro error.
El anciano tomó el reloj de arena y pronunció algunas palabras mágicas. En ese momento, el tiempo volvió a la normalidad y los amigos de los lobeznos despertaron de su congelamiento.
Los lobeznos recibieron una gran lección de la sabiduría y la responsabilidad, y prometieron nunca volver a abusar del poder del reloj. Y a partir de ese día, aprendieron a valorar y respetar los poderes mágicos del Bosque Encantado y sus habitantes.